¡Hola!
Soy Inés, vengo de un pueblo muy pequeño de la comarca de Ciudad Rodrigo, Robleda, estudié el Grado en Química en la Universidad de Salamanca, y ahora me propongo hacer este máster para poder ser profesora de instituto.
Desde pequeña sabía que quería hacer algo relacionado con la educación. Sin embargo, a lo largo del camino para llegar aquí, siempre ha habido momentos de dudas. Estas me siguen acechando cada cierto tiempo porque cuando pienso en qué clase de profesora voy a ser, no estoy segura de poder ser la profesora que quiero ser. Esa profesora que inspira a sus alumnos a ser mejores cada día, que haga que para ellos ir al instituto no sea un calvario, que le cojan cariño y vean que la educación no sólo es algo obligatorio, sino que además les guste.
En relación con esto, el libro de César Bona, La Nueva Educación, da muchos consejos simplemente explicando varias situaciones con las que él se iba encontrando en los colegios en los que le tocaba ser profesor y cómo las iba resolviendo. De todas las historias que él cuenta en su libro, la que más me llamó la atención fue aquella que se desarrolla en un colegio de una zona marginal, donde la mayor parte del alumnado es de etnia gitana y no tienen ninguna inquietud en aprender porque desprecian el mismo hecho de ir a la escuela. Allí se encontró con alumnos que la mayoría de veces faltaban a clase y además no tenían ninguna motivación. Pues, para acercarse a ellos y que le cogieran cariño a la escuela como institución y se dieran cuenta de la importancia que tiene la educación, lo que hizo fue dividir la duración de las clases de tal manera que le diera tiempo a que en ellas los alumnos pudieran enseñarle a él ciertas cosas que él ignoraba, como a tocar las palmas, las castañuelas, el cajón... Llegaron incluso a quedar a horas no lectivas para que continuaran las clases de los alumnos hacia el profesor. Ante esta perspectiva
de que ellos también tenían cosas que enseñar, vieron que la educación era
útil, empezaron a asistir siempre a clase, consiguió que aprendieran a leer y
muchos más objetivos que, al principio del curso y con el recorrido que
llevaban hasta entonces, habrían sido imposibles.
Este resumen sólo hace referencia a un capítulo
del libro. Todas las experiencias que cuenta en el mismo me parecen muy
inspiradoras para poder llegar, de una u otra manera, a todos los alumnos, que al final es lo que todos los profesores deberían hacer.
Seguro que llegas a hacer una profesora excelente; me gusta mucho el nombre del blog
ResponderEliminarCreo que ese miedo le tenemos todos, querer ser los mejores profesores, cumplir con nuestras expectativas sobre nosotros mismos que son muy altas... supongo que el tiempo nos echará un cable y aunque tengamos malos momentos terminaremos siendo los profesores que siempre quisimos ser.
ResponderEliminarTodos tenemos esas dudas y ese miedo, no? Con un poco de paciencia y entusiasmo se llega lejos. Mucho ánimo con el blog de Schrödinger ☺
ResponderEliminarÁnimo con tu blog Inés!! Me encantó tu historia sobre la paradoja de "La caja de Schrödinger".
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